lunes, 19 de julio de 2010

PRISIONEROS DE INTERNET

LA REALIDAD INVENTADA QUE PRODUCE EFECTOS CONCRETOS

Todo empieza con una broma…
El Dr. Ivan K. Goldberg podría ser el primero en su campo y haber gaado la fama por haber dado nombre a un trastorno que él mismo afirma que no existe.
“¡Son todas mentiras! ¡No existe nada llamado dependencia de internet! Internet puede crear dependencia tanto como el propio trabajo: las personas que se definen así trabajan simplemente para huir a t5oda una serie de otros problemas.”
Con estas palabras Ivan Goldberg ha intentado en vano poner remedio a lo que él mismo ha definido como su mejor (¿o peor?) broma.
El Dr. Goldberg es un psiquiatra del Upper East Side que pasa cerca de dos horas al día navegando dentro de los bullettin boards del sitio PsyCom.net, un ciberclub para “estrujacerebros” que él mismo fundó en 1986.
En 1995 decidió gastar una broma a los miembros de este sitio enviando a todos un e-mail que contenía la parodia de la última versión del DMS (Manual estadístico y diagnóstico de los trastornos mentales), es decir, el “evangelio” de la psiquiatría.
Para demostrar la complejidad y la rigidez del manual, se inventó un trastorno llamado “Internet Addiction Disorder” (Trastorno de dependencia de internet) del cual enumeramos los criterios diagnósticos en el siguiente recuadro

Uso incorrecto de Internet que provoca daños o sufrimientos clínicamente significativos, manifestados por tres o más de los siguientes síntomas presentados en un período en un espacio de doce meses:
TOLERANCIA, como definida por los siguientes síntomas:
1. aumento significativo de tiempo transcurrido en Internet para obtener satisfacción.
2. reducción significativa de los efectos derivados del uso continuo de la misma cantidad de tiempo transcurrido en Internet.
ABSTINENCIA, manifestada por el conjunto de los siguientes síntomas:
1. síndrome de abstinencia característica:
a. cese o importante disminución del uso de Internet.
b. Después del criterio “a” se desarrollan en un espacio de tiempo de varios días a un mes, dos o más de los siguientes síntomas.
i. Agitación psicomotora
ii. Ansiedad
iii. Pensamientos obsesivos enfocados sobre lo que está sucediendo en Internet.
iv. Movimientos voluntarios e involuntarios de teclear con los dedos.
v. Uso de Internet o de servicios on-line realizados para aliviar la abstinencia.
(Los síntomas del criterio “b” causan daño o dolor en áreas del funcionamiento social, ocupacional o en otros ámbitos importantes.)
2. acceso a Internet siempre más frecuentes o por períodos más prolongados respecto a la intención inicial.
a. Deseo persistente o esfuerzo infructuoso de interrumpir o tener control sobre el uso de Internet
b. Dispendio de la mayor parte del tiempo en actividad relacionada con el uso de Internet (compra de libros, búsqueda de sitios web, organización de archivos, etc.).
c. Mantener el uso de Internet a pesar de la conciencia de problemas físicos, sociales, laborales o psicológicos persistentes o recurrentes, verosímilmente causados o exacerbados por el uso de Internet (privación del sueño, dificultades conyugales, retrasos en las citas, negligencia en relación con los propios deberes laborales, sensación de abandono de los seres queridos).

Con gran sorpresa para él muchos colegas admitieron haber encontrado la existencia de este trastorno en diversos pacientes y escribieron al Dr. Goldberg para pedirle ayuda.
Esto bastó para que nacieran inmediatamente grupos de ayuda on-line.

Los Netaholics Anonymous han propuesto y dibulgado en Internet su versión diagnóstica del trastorno, esperando aportar un poco de claridad…a quien la busque:

Las 10 señales para comprobar la dependencia de Internet:
1. te despiertas a las 3 para ir al baño y te vas a controlar tu e-mail al volver.
2. te haces un tatuaje que dice: “lo puedes ver mejor con Netscape1.1 o superior”
3. llamas a tus hijos Eudora, Mozilla y Puntocom.
4. apagas tu MODEM y experimentas un vacío terrible… como si hubieses “desenchufado” a una persona amada.
5. te pasas la mitad del viaje en avión con el portátil sobre las piernas y con tu hijo en el compartimiento sobre la cabeza.
6. decides prolongar tu carrera universitaria en uno o dos años para tener acceso gratis a Internet.
7. te reís de las personas que tienen un MODEM dial up.
8. empiezas a utilizar el emoticon en tu correo normal
9. el último amigo que hiciste estaba en formato JPEG.
10. tu ordenador se rompe. No consigues conectarte en dos horas. Empiezas a ponerte nervioso. Tomas el teléfono y marcas manualmente tu número de acceso ISP. Empiezas a murmurar y a producir zumbidos para comunicarte con el MODEM.

A todos parecerá obvio el intento humorístico y realmente sarcástico de esta “proposición” diagnóstica. Pero, como sabemos, en cada broma se esconde un fondo de verdad y, por lo tanto, hay que preguntarse: ¿qué hubiera sucedido si hubiera sido presentada por un ilustre psiquiatra en lugar de un grupo de navegantes burlones?.

LO VIRTUAL SE CONVIERTE EN REAL
Nos referimos aquí a una importante teoría, propuesta por el sociólogo americano Merton y aplicada al campo clínico y de la comunicación por Paul watzlawick, según la cual comportarse como si algo sucediese realmente no provocará el acontecimiento esperado pero comportará efectos concretos y reales.
Aunque el ambiente de Internet es un mundo sintético, no ocurre lo mismo con los sentimientos, cogniciones y reacciones que se pueden generar dentro de la Red. Ya se ha demostrado que on-line es posible experimentar emocione (sólo en parte representable por los emoticons) que tienen la misma intensidad y el mismo peso psicológico de las experiencias fuera de la Red. Entonces, ¿pueden considerarse “secundarias” y “poco significativas” las “vidas paralelas” de las personas en la Red?
Se ha demostrado que lo que cuenta en el hecho experimentar “verdaderas” emociones no es tanto la etiqueta de real o virtual en un determinado contexto, sino el gradote presenciaen una cierta situación. Se puede estar “presente” en una relación on-line (porque el flujo estímulos y experiencias provienen de la Red), así como se puede estar “ausente” en una interacción normal entre amigos en un bar, al estar concentrado en otra cosa.
Una persona inmersa en ambientes virtuales puede experimentar las mismas emociones y reacciones que experimentaría en una situación real.
Las nuevas tecnologías nos permiten, pues, vivir experiencias en ambientes mas o menos virtuales que luego tienen repercusiones e influencias en la realidad cotidiana. No es casual que, en efecto, la realidad virtual se utilice en distintas apliacaciones, como la mejora de determinadas capacidades (por ejemplo, la memoria, la atención, la capacidad de problem solving, etc.), la psicoterapia (Cantelmi, 2001), la medicina, etc. (Castelnovo y cols., 2002).
El revés de la moneda es que en el caso de la navegación on-line, las personas, interaccionando con otros usuarios, sobre todo con las últimas shared hypermedia tools, las herramientas hipermediáticas compartidas, se comunican y viven situaciones relacionales “satisfactorias” que pueden conducir a un desinterés hacia modalidades interactivas reales. En otras palabras, lo virtual con sus efectos personales e interpersonales “reales” sustituyen a lo real.


¿QUÉ HACE QUE INTERNET SEA TAN ATRACTIVA?
Matrimonios fracasados, pérdida del puesto de trabajo, exámenes suspendidos y fracasos escolar, son algunas de las experiencias observadas en las investigaciones como efecto de la comunicación interpersonal que llega a través de Internet.
La comunicación en la Red ofrece la oportunidad de experimentar una forma de contacto social. La diferencia significativa entre las relaciones establecidas vía Internet y las mantenidas a través de otras formas de dispositivos tecnológicos (fax, teléfono, correo)consiste en una nueva cultura, gobernada por reglas propias, que permite y anima a los que pertenecen a estas “comunidades virtuales” a emprender un contacto con personas totalmente extrañas.
La comunicación es extremadamente informal y las características que habitualmente inhiben a las personas en relación con un eventual contacto social vis-a-vis están ausente. El factor de desinhibición proporcionado por cualquier tipo de actividad on-line desempeña una función fundamental en la utilización de Internet.
Por ejemplo, Internet ofrece la posibilidad de alejarse de un mundo en el que el aspecto y determinados estándares de deseo ligados exclusivamente a la apariencia exterior han llegado a ser demasiado importantes para quien no se siente a la altura.

¿CÓMO NOS CAPTURA LA RED?
Igual que los alcohólicos y los drogodependientes, los “dependientes de internet” tienen graves problemas en las principales categorías de la vida cotidiana: familia, trabajo, relaciones y escuela.
Se habla, por tanto, de un “verdadero comportamiento toxicómano”, del todo comparable a “otros hábitos como el vacío por las apuestas, la bulimia crónica, los comportamientos sexuales o mirar televisión de forma obsesiva”.
El círculo vicioso sobre el que se construye este trastorno es también el mecanismo típico de los alcohólicos: un deseo inicial de huir de la realidad para olvidar los propios problemas, que solo funciona hasta que se apaga el ordenador.
La infelicidad representa, según Young “un terreno de cultivo favorable a todos los tipos de dependencia e Internet se ha introducido en este terreno”.
El concepto de “dependencia” implica tres mecanismos: la tolerancia, la abstinencia y el craving. Con el primero se entiende la necesidad de aumentar gradualmente la dosis de una sustancia para obtener el mismo efecto, o la obsesión de un efecto manteniendo la misma dosis. La tolerancia es, por tanto, la adaptación de un organismo particular a la presencia continua de una sustancia para mantener las funciones normales.
La abstinencia se relaciona con la aparición de señales y síntomas específicos después de una brusca suspensión o de la reducción de una sustancia particular.
Por craving (o ansiedad) se entiende el fortísimo e irresistible deseo de tomar una sustancia, deseo que, si no se satisface, causa un intenso sufrimiento psíquico y, a veces, físico, con fijación del pensamiento, malestar, alteraciones del sentido del hambre y de la sed, irritabilidad, ansiedad, insomnio, depresiones del humor y, en las condiciones mas graves, sensaciones de desrealización y despersonalización. El origen de la ansiedad estaría en una alteración del “sistema de recompensa” que es la vía nerviosa que produce una sustancia llamada dopamina que, del mesencéfalo (núcleo de la base, hipocampo, amígdala, núcleo accumbens)se dirige a la corteza prefrontal. Fisiológicamente, este sistema se activa y produce sensaciones de satisfacción en todas las situaciones asociadas a comportamientos fundamentales para la supervivencia del individuo o de la especie: ingestión de la comida, el sueño, la actividad sexual, el enamoramiento, el comportamiento maternal o la lucha.

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